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Shakin' in waitin'



Me tiemblan las manos y no es el frío, sé que no es el frío. Se sacuden esas puntitas de hielo, allá, adentro mío, y me acuerdo del calor de tu carita pálida, de tus labios quebrados pidiendo un segundo beso, de tus ojos profundos como un cielo sin luna, perdidos como un viajero sin estrellas, solitarios como un juego de cartas para uno.
Camino en la oscuridad de las teclas blancas que suenan en la negrura de mis pensamientos, me sacudo en la idea de tocarte con los callos de mis dedos hartos de grietas, y lloro en la lluvia que quisiera mojara los zapatos que no llevo.
La soledad de las alfombras persas me persigue, el dolor de las cortinas me roza con la sutileza que yo no tengo, la esclavitud de mil abuelas me grita desde una cama apolillada en la que mi cabeza ya no descansa, y el piano sabe algo que yo no sé.
Pero qué puedo hacer, si cuando te veo amagar con una palabra colgando de tu boquita ausente se me sacuden las rodillas. Desde antes de saber que te voy a ver, no puedo dejar de temblar, y escucharte es el orgasmo de mil sirenas, el placer de una flota entera, y yo soy un pirata más.
Bufar, suspirar, saber que estás ahí mientras yo espero. Te espero.
Que no sos fácil, ya lo sé. Que estás lejos, el frío me lo dice. Que me tengo lástima, en tus ojos lo veo, y mis manos huesudas en torno a tu cuello desprotegido de los tules que cubrieran mil piernas árabes quieren apretar cada vez más.
Boqueando, te veo lagrimear, pedir perdones que no te corresponden. Haciéndote daño es la única manera de olvidarme de lo que sufro yo cuando me ponés a temblar, y viéndote a los ojos mi pulso se vuelve incontrolable.
Tus ojitos hinchados se borran de mi cabeza sucia y me despierto sentado en la cocina que espera por un poco de detergente. En mis oídos resuena la melodía agudade tus llantitos nocturnos, y viéndome sobre el polvo que cubre los ventanales reparo en que te sigo esperando, en que sigo temblando.


Las divagaciones de una a estas horas~

Comentarios

Lucía ha dicho que…
Llego a este blog porque me leí Streelight People y me encantó *-* (Sí, fue muy triste, me dio pena Emma, pero no todo en esta vida te puede ir bien u_u)
Me gusta como utilizas las palabras. El castellano está lleno de recursos, y prácticamente nadie los utiliza, quedando así un escrito bastante impersonal.
Menos mal que estás tú.
Un beso, Aome :)
Nemo ha dicho que…
Precioso. Tus escritos respiran por sí mismos. Ahora mismo me pongo a leer los demás.
En cuanto me recupere de shock que me ha producido esta frase:

"La soledad de las alfombras persas me persigue, el dolor de las cortinas me roza con la sutileza que yo no tengo, la esclavitud de mil abuelas me grita desde una cama apolillada en la que mi cabeza ya no descansa, y el piano sabe algo que yo no sé."

Es asbolutamente Maravillosa (sí, con "m" mayúscula).
Federico ha dicho que…
hola! vi tu blog en tu secreto :P Muy lindo te leo. Te invito a leer el mio. besos
Lux Lisbon ha dicho que…
HERMOSO blog. La primera vez que tusecreto hace algo más que quemarme las neuronas jaja. Un abrazo.
Anónimo ha dicho que…
GENIA, enserio, lo ame. genial, no tengo palabras.

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a Papá~

A veces me pregunto, hasta me duermo en la cuestión de qué dirías si me vieras ahora, así de grande como estoy. Qué tan orgulloso estarías de mí, de tu nena más grande, que es feliz entre mucha gente, que va a la universidad, que maduró muchísimo pero todavía guarda a flor de piel su niña interna. A veces quisiera tener la oportunidad de verte mirándome, de escucharte más allá de las grabaciones viejas y en cinta magnética que me dejan la piel de gallina, de sentirte tan calentito como en esos quintos sueños de los que una despierta con ganas de llorar. La imaginación no siempre alcanza, pensar que estás cerca nunca termina de llenar, pero, por lo demás, sé que estás ahí cada vez que llego sana y salva a casa, en todas las veces que agarro justito el colectivo, en todos los exámenes aprobados, y eso va más allá de las fotos que tapizan una puerta y de las veces que me duermo pensando en que yo tengo un ángel aparte. Lo pienso y lo ruego y lo voy a repetir siempre. Ha

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  Y ahí estaba ella, encorvada, arrastrando las rodillas, el cabello acariciando el piso, con todas sus pasiones recogidas y bien atadas.   Sobre su espalda inundada de lunares se sentaba una pequeña joroba que de vez en cuando le soltaba una patada o dos, que se balanceaba colgada de sus hombros puntiagudos, que se arrastraba y rasguñaba en su camino hacia la cima subiendo, haciendo alpinismo aferrándose a todas y cada una de las vértebras sobresalientes de esa columna empinada que dibujaba curvas y contracurvas de norte a sur.   No era grande, no era tan grande, no aún, mas le pesaba como si llevara encima en mundo entero, como si ella fuese la alfombra de todos esos elefantes que extrañaban sus colmillos de marfil, el cochecito de todos los niños perdidos que no sabían volar, la grúa de miles de cargamentos varados, y pesaba como todos los embarazos perdidos en ese universo, como las mochilas cargadas del primer día de clases, como un par de zapatos bien puestos a mitad d