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Mostrando entradas de julio, 2010

Shakin' in waitin'

Me tiemblan las manos y no es el frío, sé que no es el frío. Se sacuden esas puntitas de hielo, allá, adentro mío, y me acuerdo del calor de tu carita pálida, de tus labios quebrados pidiendo un segundo beso, de tus ojos profundos como un cielo sin luna, perdidos como un viajero sin estrellas, solitarios como un juego de cartas para uno. Camino en la oscuridad de las teclas blancas que suenan en la negrura de mis pensamientos, me sacudo en la idea de tocarte con los callos de mis dedos hartos de grietas, y lloro en la lluvia que quisiera mojara los zapatos que no llevo. La soledad de las alfombras persas me persigue, el dolor de las cortinas me roza con la sutileza que yo no tengo, la esclavitud de mil abuelas me grita desde una cama apolillada en la que mi cabeza ya no descansa, y el piano sabe algo que yo no sé. Pero qué puedo hacer, si cuando te veo amagar con una palabra colgando de tu boquita ausente se me sacuden las rodillas. Desde antes de saber que te voy a ver, no puedo dej

Running from lions

«Call me foolish, i feel hopeless. Running from lions never felt like such a mistake.Don't forget we've got unfinished bussiness, stories yet to unfold, tales that must be retold. And i regret not knowing where to put an end to all this madness.» Es como para gritarla, llorarla. En el reproductor podían llenarse de polvo las demás, que ahora lo que sacudía su alma solitaria era el abrazo de una sinfonía que le gritaba sobre cuentos viejos, páginas amarillas, besos sucios y palabras pendientes. Temblando de pánico, mordisqueando su inquietud, gritándole a sus adentros, cantando con lo que de alma sana le quedaba, buscando el calor de los brazos que en sueños lo consolaban, la música le golpeaba la cabeza y el silencio corría cuesta abajo por su columna encorvada sobre sus penas y locuras. Sí, quiere y acepta las culpas de las que es libre, se queda queriendo más, deja ir sus esperanzas, se lanza a los leones sólo para saber que quiere escapar de ellos. Cuando la canción termina

Nena indiferente, nena no tan nena

Una madrugada, abrumada y aburrida, decidí volcar mis porque sí al gótico de palabras que mi inconsciente me va dictando~ Caminando por un sendero destruido, sintiendo el mundo derrumbarse a sus pies, dejando que murieran bajo la sordera de sus oídos los murmullos que pedían auxilio, su cabellera se entregaba al enriedo y el alboroto del viento desesperado que se colaba entre sus piernas, que hacía bailar su vestido. Sus zapatitos negros brillaban bajo la mugre, y su rizada cabellera de un rojo fantasía era una llamarada que se evaporaba en el vacío de aquella ciudad pelada. La nena de los bucles de fuego, del vestidito sucio, de los zapatitos sucios que le quedaban chicos, la nena que ya no era tan nena, lleva a todos lados su nariz de caramelo, sus mejillas coloradas, sus manitos desnudas y sus piernas largas. Temblando de frío, dejaba que el terciopelo renegrido de su piel pálida, antes rozagante como primavera en flor, se sacudiera con los sismos del mundo de los vivos. Dej