Ir al contenido principal

Sacar la mano


Odiaba la lluvia.
Odiaba cómo se mojaban las calles. Odiaba caminar por las calles, entre los charcos, sorteando los más profundos, evitando rotundamente los de barro, intentando no salpicarse los pantalones, las zapatillas, la obligación de tener que salir de casa. 
Odiaba el sonido de los truenos como manos gigantes aplaudiendo sobre su cabecita.
Odiaba los vendavales que le revolvían la cabeza y le daban vuelta el paraguas, que siquiera se resistía y levantaba sus bracitos hacia el cielo de cenizas mojadas.
Odiaba las gotitas de agua bailando a su alrededor, mojándole el cabello, que se convertía en soufflé de ricitos salpicados de oro y cristales.
Odiaba lo empañado de los vidrios, el olor a húmedo afuera de la casa, los agujeritos en sus medias, lo mojado de sus manos y de todo lo que sus ojitos alcanzaran a ver.
Odiaba tener que salir de casa con lluvia.
Odiaba tener que despertarse y saber que llovía.
Porque le encantaría quedarse en la cama, oyendo las gotitas repiquetear sobre las chapas del techo, con los bucles esparcidos por la almohada y las piernas enredadas en el acolchado. Ver las zapatillas secas y salvas en un rincón de la habitación en penumbras y los charcos allá abajo, allá afuera.
Le encantaría levantarse luego de un par de horas de dar vueltas en la cama, bajar los pies en medias al piso frío y arrastrarlos escaleras abajo. Acercarse a la nariz el vapor dulce de una taza de té, sacarse el cabello desordenado de la carita sonrojada, de los ojitos hinchados.
Le encantaría sentarse sobre el respaldo del sofá, junto a la ventana por las que las gotitas de agua juegan carreras hasta el suelo.
Y cuando sacara la manito pálida por la ventana y la hiciera bailar bajo el agüacero continuo, transparente, de gotas brillantes que resbalaran por sus deditos largos, por su palma tibia, recién podría decir que le gustaba la lluvia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

at home

I close my eyes tightly and wish she's ok. Maybe the wind will tell her that I'm thinking of her and that I want her to be happy. Tell her too that I'm writing about her. Because of her, of course.

Chit-chat

Se te cruzó, pasó justo por adelante tuyo. Bueno, "adelante" porque siempre tenemos la pantalla del teléfono frente a la cara. Habías estado hablando con un puñado de personas a la vez. Banalidades, siempre las mismas preguntas, siempre las mismas respuestas, pero está bueno conocer gente de otros lados. Con él también hablabas banalidades, of course, pero pasaban a ser más divertidas, diferentes, interesantes, quién sabe. Tenían ese gustito a adrenalina que nadie puede resistir. Dejabas de hablar para dejarlo dormir porque hey, la diferencia de horarios. Y al otro dia te levantabas con la pregunta de si todavía estabas durmiendo. Un día decidieron que hablar, realmente hablar, no hablar escribiendo, podía llegar a resultar, entonces sí, dale. A ambos les retumbaba el corazón en la garganta y no entendían por qué, pero después de admitir lo raro y excitante que era hablar con alguien del otro lado del mundo, se les pasó. Y hablaron hasta que el sol se hundió de este l...

Lagartijas y sus colas

Máscaras sueltas y carnavales. Paisanos y techos de otro pueblo. Momentos sin relaciones. Qué arriba y qué abajo. Primero, segundo y tercer momento. Propuestas, grumos. «Perfecto, le creo». Batir. Trabajar. Constante. ¿Cómo llegamos? Olvidándonos de todo. (Ninguna de estas palabras me pertenece, sino a un profe de la facu, a una tardenoche de no dejarnos ir, a una clase de insistencia y analogías metafóricamente morfológicas. Yo solo las anoté mientras se le caían de la boca. Esto, señores, es una clase de morfología. Esto, es una partecita de estudiar arquitectura.)