Estaba en la oscuridad hablándole de los abrazos en los que soñaba poder
sumergirse, enterrarse, de los besos en los que quería ahogarse, de las
ganas de él que surgía a través de todos y cada uno de sus poros.
Daba vueltas, iba y venía, cada uno estaba tan en la suya y tan en el otro. La luz de la pantalla y los píxeles latiendo ante sus ojos eran toda la cercanía que conseguían a través del río que les corría por en medio.
Daba vueltas, iba y venía, cada uno estaba tan en la suya y tan en el otro. La luz de la pantalla y los píxeles latiendo ante sus ojos eran toda la cercanía que conseguían a través del río que les corría por en medio.
-Aquí estoy -le dijo, despertando de algun pequeño insomnio, temblando de ansias.
-Y
yo aquí, tan estúpidamente lejos. -Y se le encogió el corazón, le
tintineó el alma, perdió su carita entre sus manos heladas.
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