Ir al contenido principal

Running from lions

«Call me foolish, i feel hopeless. Running from lions never felt like such a mistake.Don't forget we've got unfinished bussiness, stories yet to unfold, tales that must be retold. And i regret not knowing where to put an end to all this madness.»

Es como para gritarla, llorarla. En el reproductor podían llenarse de polvo las demás, que ahora lo que sacudía su alma solitaria era el abrazo de una sinfonía que le gritaba sobre cuentos viejos, páginas amarillas, besos sucios y palabras pendientes.
Temblando de pánico, mordisqueando su inquietud, gritándole a sus adentros, cantando con lo que de alma sana le quedaba, buscando el calor de los brazos que en sueños lo consolaban, la música le golpeaba la cabeza y el silencio corría cuesta abajo por su columna encorvada sobre sus penas y locuras.
Sí, quiere y acepta las culpas de las que es libre, se queda queriendo más, deja ir sus esperanzas, se lanza a los leones sólo para saber que quiere escapar de ellos.
Cuando la canción termina, sus oídos se llenan del vacío que le provoca el despertar de un sueño en el que no oyó nada.




Running from Lions, by All Time Low

Cuando me anime, te cuento más~
por ahora, dejalo así (:

Comentarios

Entradas populares de este blog

at home

I close my eyes tightly and wish she's ok. Maybe the wind will tell her that I'm thinking of her and that I want her to be happy. Tell her too that I'm writing about her. Because of her, of course.

Escuchaba

  Estaba ahí, inmóvil. Había pasado, como sin querer, arrastrándose del fulgor a las sombras mientras apagaba una a una las luces que encendían la casa para ella. Iba por los pasillos, los pies descalzos, fríos, el camisón casi transparente flotando al rededor de sus piernas pálidas, las páginas amarillas de su libro favorito apretadas con firmeza contra su pecho, la compañía perfecta para echarse a dormir sola. Hasta que los cuchicheos, las risitas ahogadas y los susurros en orejas ajenas llegaron hasta ella, hasta el centro de su cabecita soñadora adormilada, casi ausente, y no pudo evitar más que quedarse ahí, inmóvil. Las luces ciegas a su alrededor, la penumbra reptando por entre los deditos de sus pies, acariciándole las piernas, tironeando del camisón. Sus manitos temblando apenas, sudando, el libro que sujetaban resbalando de a poquito. Por un momento, como si supieran que estaba ahí, todo se volvió silencio aplastante, vacío inalcanzable, quietud, y ella mordió...

Chit-chat

Se te cruzó, pasó justo por adelante tuyo. Bueno, "adelante" porque siempre tenemos la pantalla del teléfono frente a la cara. Habías estado hablando con un puñado de personas a la vez. Banalidades, siempre las mismas preguntas, siempre las mismas respuestas, pero está bueno conocer gente de otros lados. Con él también hablabas banalidades, of course, pero pasaban a ser más divertidas, diferentes, interesantes, quién sabe. Tenían ese gustito a adrenalina que nadie puede resistir. Dejabas de hablar para dejarlo dormir porque hey, la diferencia de horarios. Y al otro dia te levantabas con la pregunta de si todavía estabas durmiendo. Un día decidieron que hablar, realmente hablar, no hablar escribiendo, podía llegar a resultar, entonces sí, dale. A ambos les retumbaba el corazón en la garganta y no entendían por qué, pero después de admitir lo raro y excitante que era hablar con alguien del otro lado del mundo, se les pasó. Y hablaron hasta que el sol se hundió de este l...