Paz; nunca tuvimos paz, pero esa pseudo-tranquilidad que nos daban las calles silenciosas, las películas de comedia y los mediodías en familia se vio rota desde aquel desembarco desinteresado que pedía asilo y un pedazo de pan. Nadie quiso pensar que quizá nunca debimos haberlos dejado entrar, y mucho menos se animaron a echarlos; dejaron pasar el tiempo bajo un «ya vamos a ver qué pasa», y se tiraron a dormir la siesta. Yo sí pensé e intenté hacer a los demás pensar y rebelarse ante los extranjeros antes de que ocurriera lo que yo veía venir, pero me mandaron a callar.
Siempre fui una persona intuitiva, reaccionaba antes de tiempo a cosas que todavía no sucedían, y aquella no fue la excepción.
Una mañana muy temprano, cuando la noche se tornaba apenas celeste, cuando todavía siquiera era mañana, al puerto desvencijado y aburrido llegó una embarcación pequeña, pero tecnológicamente avanzada, toda una innovación. Los tripulantes se ganaron un descanso gratis en la posada del centro, y la fuerza no se fueron más. De a poco, empezaron a llegar más de los mismos, y al tiempo fueron suficientes como para reducir a una población desarmada, desprevenida y asustada.
Yo no los vi matar ni morir, pero sí los escuché desaparecer a mitad de la noche, entre alaridos, oscuridad, y los bramidos del mar que aplacaban los disparos. Tampoco vi cómo vaciaban y ocupaban casas ajenas ya sin dueño, pero sí los vi adentro, disfrutando de manjares podridos y música pirata.
Antes de que me vieran, yo me escondí; y cuando el encuentro fue inevitable, los obedecí, les seguí la corriente, me dejé hacer.
Hoy soy mártir de mi desoída intuición, y mi castigo es ver las casas vacías y derruidas, la bandera flameando con ese viento que una vez fue nuestro, las caritas de los nenes que tratan de memorizar plegarias en un idioma indescifrable, a dioses que ellos no conocen, mientras yo vago y lloro, perdido entre las calles que, tiempo atrás, besé como mías.
·
.~
La tarea de literatura, un relato expresivo sobre la invasión de una cultura a otra, como sucedió con la colonización en territorio precolombino.
Sólo en pequeñeces como esta puedo darme el lujo de decir que gusta hacer la tarea para el colegio ):
Siempre fui una persona intuitiva, reaccionaba antes de tiempo a cosas que todavía no sucedían, y aquella no fue la excepción.
Una mañana muy temprano, cuando la noche se tornaba apenas celeste, cuando todavía siquiera era mañana, al puerto desvencijado y aburrido llegó una embarcación pequeña, pero tecnológicamente avanzada, toda una innovación. Los tripulantes se ganaron un descanso gratis en la posada del centro, y la fuerza no se fueron más. De a poco, empezaron a llegar más de los mismos, y al tiempo fueron suficientes como para reducir a una población desarmada, desprevenida y asustada.
Yo no los vi matar ni morir, pero sí los escuché desaparecer a mitad de la noche, entre alaridos, oscuridad, y los bramidos del mar que aplacaban los disparos. Tampoco vi cómo vaciaban y ocupaban casas ajenas ya sin dueño, pero sí los vi adentro, disfrutando de manjares podridos y música pirata.
Antes de que me vieran, yo me escondí; y cuando el encuentro fue inevitable, los obedecí, les seguí la corriente, me dejé hacer.
Hoy soy mártir de mi desoída intuición, y mi castigo es ver las casas vacías y derruidas, la bandera flameando con ese viento que una vez fue nuestro, las caritas de los nenes que tratan de memorizar plegarias en un idioma indescifrable, a dioses que ellos no conocen, mientras yo vago y lloro, perdido entre las calles que, tiempo atrás, besé como mías.
·
.~
La tarea de literatura, un relato expresivo sobre la invasión de una cultura a otra, como sucedió con la colonización en territorio precolombino.
Sólo en pequeñeces como esta puedo darme el lujo de decir que gusta hacer la tarea para el colegio ):
Comentarios
Gracias por pasarte por el blog. Como verás lo tengo lleno de polvo y fue grato encontrar ese comment tuyo cuando se me ocurrió revisarlo n_n
Un beso!