Ir al contenido principal

Writin' Tragedies, Not Sins


Me miraba fijo. Agrandaba los ojos, parecía que iban a salirse de sus respectivas cuencas, y los relajaba. Jugaba con los músculos de su cara como si fueran los elásticos de su ropa interior: abría y cerraba la boca como un pez fuera del agua, apretaba la mandíbula y hacía saltar las venas azules en ese mar amarillento que era su cuello. Creo que hasta pudo levantar una ceja y mover la oreja izquierda.

Estaba sentada, enconrvada, con la cabeza ladeada hacia la derecha y ataviada en una túnica que no era ya blanca sino del mismo color huesudo que sus ojos secos. Tenía las piernas cruzadas como indio bajo una sábana celeste arrugada, olorosa, manchada de la comida insípida que se negaba a ingerir. Tenía los brazos flácidos a ambos lados de su flacucho cuerpo, enseñando esa piel de papel: amarillenta, arrugada. Tenía las muñecas, el dorso de las manos y la cara posterior de los codos llenos de pinchazos, pero ya no había agujas allí.

Las paredes eran color verde enfermera, la cama de barrotes de metal, la silla no tenía respaldo ni apoyabrazos (no, no era un banquito, era una silla sin respaldo ni apoyabrazos) y yo estaba sentado ahí. El techo era blanco y el piso de un repugnante color marrón (¡qué mala combinación de colores!).

Y si, ¡yo estaba sentado frente a ella! Veía su negro y desgrenado cabello sucio caer por sobre su hombro ¡y qué asco me daba! Tenía frente a mí su desgastada figura, pidiéndome auxilio. ¡Socorro!, gritaba yo. Estaba preso en aquella habitación de hospital (¿hospital o psiquiátrico?, ¿quién de los dos estaba realmente encerrado?) y era una tortura.

-¿Cómo estás? -le pregunté estúpidamente (el silencio me hace mal). Por un momento mantuve la boca abierta, viendo cómo ella no podía responder. Por vez primera me regocijé-. Yo estoy bien, cansado pero bien. Pero ¿sabés qué? -¿Qué? respondió en mi cabeza la voz de ella. Me asusté y me quedé callado. Sus ojos se abrieron como dos enormes platos, como los que mamá sacaba del aparador para la cena de año nuevo, y sus labios, secos y quebrados, empezaron a estirarse, la nariz se le arrugó, las mejillas retrocedieron y aparecieron pequeños ladrillos de marfil tintineando frente a mis ojos.

Cerré la mano izquierda con fuerza y me di cuenta de que ahí todavía estaba el pedazo de papel en el que me había puesto a escrbir cuando todavía estaba en casa. No me acordaba qué había estado escribiendo, pero es que tenía tanta bronca. Ella no podía sonreír, ella ya no sabía, ¡no sabía! Ella estaba loca y por eso estaba ahí donde estaba, como estaba: sucia, olorosa, olvidada.

Leí lo que tenía en el papel, no quería seguir viéndola.

Tragedia. Tragedia. Tragedia. Tragedia. Tragedia. Tragedia. Tragediatragediatragediatragediatragediatragedia.

Tragué duro. Pretendía salir de ahí y mis pasos se tragaron las baldosas que parecían bailar, reírse y restorcerse de la forma más sucia bajo mis pies, pero no contaba con parpadear y tener mis manos enroscadas en su cuello, mis ojos clavados en los suyos.

Pero ella seguía riendo y yo cada vez me enfadaba más, mis dedos apretaban más.

Los ojos empezaron a salírsele de las órbitas, inclusive parecían querer derramarse de las vasijas en las que estaban, la sonrisa se le deformó; no escuchaba sus ruegos mudos, no la veía descostillarse, y yo me reí. Reí tanto...

Como masa para galletitas de manteca su cuerpo se escurrió de mis manos y quedó aplastado en la cama. Con los ojos abiertos, los dientes asomados tras una desfigurada sonrisa, las manos tiesas, como garras filosas.

Tragediatragediatragedia.

Me escurrí entre el silencio, el verde enfermera y la gente. Nadie se dio cuenta.


Tragedia...








De vez en cuando, pienso cosas así. Un poquito gótico, tal vez, pero me encanta, sin M de Mc Donald's... (?)

Y el título me suena conicido

Ah, ¿si?... I write Sins, Not Tragedies; Panic! At The Disco.

Comentarios

Meli~ ha dicho que…
Me dejo yo sola los comentarios porque nadie más entra :D
monstrum ha dicho que…
Antes tenía otra apariencia el blog, pero nunca actualizabas, y ahora me fije en flog y bueno, volví n_n

Me encanto, amo ese tipo de escritos, me recordó un poco al estado que tenía mi abuela antes de ir al hospital, y lo loca que estaba, pobre. Estos relatos satisfacen mi ser de ¿morbo tal vez? quien sabe...

Beautiful, me atrevo a decir y confirmar.
Mariana ha dicho que…
Este escrito me fascinó.
D-e-f-i-n-i-t-i-v-a-m-e-n-t-e!

Entradas populares de este blog

at home

I close my eyes tightly and wish she's ok. Maybe the wind will tell her that I'm thinking of her and that I want her to be happy. Tell her too that I'm writing about her. Because of her, of course.

Chit-chat

Se te cruzó, pasó justo por adelante tuyo. Bueno, "adelante" porque siempre tenemos la pantalla del teléfono frente a la cara. Habías estado hablando con un puñado de personas a la vez. Banalidades, siempre las mismas preguntas, siempre las mismas respuestas, pero está bueno conocer gente de otros lados. Con él también hablabas banalidades, of course, pero pasaban a ser más divertidas, diferentes, interesantes, quién sabe. Tenían ese gustito a adrenalina que nadie puede resistir. Dejabas de hablar para dejarlo dormir porque hey, la diferencia de horarios. Y al otro dia te levantabas con la pregunta de si todavía estabas durmiendo. Un día decidieron que hablar, realmente hablar, no hablar escribiendo, podía llegar a resultar, entonces sí, dale. A ambos les retumbaba el corazón en la garganta y no entendían por qué, pero después de admitir lo raro y excitante que era hablar con alguien del otro lado del mundo, se les pasó. Y hablaron hasta que el sol se hundió de este l...

Lagartijas y sus colas

Máscaras sueltas y carnavales. Paisanos y techos de otro pueblo. Momentos sin relaciones. Qué arriba y qué abajo. Primero, segundo y tercer momento. Propuestas, grumos. «Perfecto, le creo». Batir. Trabajar. Constante. ¿Cómo llegamos? Olvidándonos de todo. (Ninguna de estas palabras me pertenece, sino a un profe de la facu, a una tardenoche de no dejarnos ir, a una clase de insistencia y analogías metafóricamente morfológicas. Yo solo las anoté mientras se le caían de la boca. Esto, señores, es una clase de morfología. Esto, es una partecita de estudiar arquitectura.)